¿Acaso siempre percibimos la maternidad como un obstáculo?

Aunque la maternidad en la tradición del feminismo que tiene a Simone de Beauvoir en el centro considera que la maternidad es ante todo una desventaja y un obstáculo para la realización de la mujer. En este dosier se pretende sustentar que es posible y deseable argumentar que la maternidad en algunos contextos no constituye necesariamente un obstáculo, sino que por el contrario, conforma un terreno de emancipación en más de un sentido.

I. La maternidad en tanto que obstáculo y no-obstáculo

Si bien, la maternidad en la tradición feminista (en la que Simone de Beauvoir está en el centro) es considerada, ante todo, como una desventaja y un obstáculo para la realización de la mujer. En este dosier, se intentará sostener que es posible y deseable argumentar que la maternidad, en otros contextos, no constituye necesariamente un impedimento para el desarrollo de la mujer como sujeto. Sino, por el contrario, la maternidad incluso podría constituir un terreno de emancipación en más de un sentido. Por consiguiente, para sustentar lo anterior, se incluirán una selección de seis textos que se orientan hacia la exploración de la maternidad latinoamericana bajo la óptica filosófica y feminista. Además, se pretende exhortar al lector a ir más allá de nociones europeas adaptadas para Latinoamérica que explican las situaciones propias de una región bajo conceptos importados.

I.I Una interpretación de Beauvoir con respecto de las nuevas maternidades.

Para comenzar, se introducirá un pequeño fragmento, del artículo “A Process without a Subject: Simone de Beauvoir and Julia Kristeva on Maternity” de Linda M.G. Zerilli. En este artículo, Zerilli compara las visiones de Beauvoir y de Kristeva sobre la maternidad asistida y otros aspectos de la crianza actual. Sin embargo, para este dosier, con la selección de este artículo se intenta resaltar cómo la maternidad, desde la perspectiva de Beauvoir, impide que las madres se afirmen como sujetos porque sus hijos tienden a reducirlas a meros contenedores de la especie. El siguiente fragmento muestra la lectura de Zerilli sobre la proposiciones de Beauvoir sobre la maternidad. En él, se observa que Beauvoir, según Zerilli, insiste en que las mujeres para continuar con su propia voz (female speech), deben separar simbólicamente su cuerpo del cuerpo maternal porque, de otra forma, se subordinarán a sus hijos.

Zerilli: “A Process without a Subject: Simone de Beauvoir and Julia Kristeva on Maternity ”

Beauvoir, for her part, tells us that we ought not affirm that mothers are masters of a process that does indeed throw into question the very possibility of mastery. Yet she also tells us that we need to insist on female speech and on marking a symbolic border within the maternal body if women are to resist being made into the passive bearers of a species teleology. Beauvoir's rhetorical war on the eternal maternal, then, does not simply instruct feminists to reject maternity; rather, it offers us a complex strategy for challenging, in Kaja Silverman's words, "dominance from within representation and meaning rather than from the place of a mutely resistant biology" (1988, 125). And in a world of "fetal person- hood" and "surrogate motherhood," I would conclude, this is reason enough to reread and rethink the controversial account of motherhood in The Second Sex. @note

I.II ¿Latinoamérica percibe la maternidad diferente?

Ahora, para abrir el debate sobre si es posible percibir la maternidad como lo opuesto a un obstáculo, este dosier presentará el artículo: “La maternidad como proyecto individual y autónomo. El caso de las madres solas por elección” de Giallorenzi. Ese texto es una análisis feminista sobre un grupo de mujeres universitarias argentinas que, por decisión, son madres solteras. En las declaraciones de estas mujeres se presentan los motivos que llevaron a las mujeres argentinas a querer hijos sin estar insertas en una relación de pareja. Con la selección de este texto se pretende señalar que, aun, cuando la maternidad de estas mujeres fue revisada bajo los conceptos feministas de Badinter, de Rich, de Friedan, de Beauvoir y de Federici, la perspectiva de ellas, sobre su maternidad, no termina por empatarse con las teorías de las pensadores.

Giallorenzi: “La maternidad como proyecto individual y autónomo. El caso de las madres solas por elección”

Las familias lideradas por mujeres que deciden y planifican una maternidad en solitario son una realidad social y cultural que emerge desde hace un tiempo en nuestras sociedades occidentales. Como ya se mencionó, la novedad del caso no reside en que estas mujeres lleven a cabo su maternidad en solitario sino en la planificación de la maternidad como un proyecto autónomo e independiente de la conyugalidad. […]

Por un lado, se puede ver como en el relato aparecería una coincidencia entre el deseo de ser madre y el periodo fértil femenino. Esta asociación, que se plantea como algo individual promovido por el deseo interior, es pensada desde las teorías feministas como el resultado de una construcción social y cultural del sistema patriarcal que, a partir de múltiples dispositivos educativos y culturales, le ha inculcado a la mujer la obligatoriedad de ser madre para afirmar su condición de mujer (Rich, 1986; Beauvoir, 2012; Federici, 2013). […]

En ambos casos [la fertilización en vitro y la adopción] la elección y la intención de ser madres dan origen a la relación de filiación, donde la crianza y el vínculo afectivo constituyen elementos suficientes para construir relaciones de parentesco. Es la capacidad de agencia de las mujeres, el trabajo de su imaginación sobre cómo hacer las conexiones, como crear las relaciones, como definir la maternidad, lo que reconfigura la identidad e integra al hijo/a en el seno de las relaciones de parentesco, sin desestabilizarlas (Fitó, 2013). En relación con la crianza y al cuidado de los hijos/as, las entrevistadas destacan como positivo el hecho de no compartir las decisiones sobre la crianza con una pareja. @note

II. Para pensar la maternidad ¿es necesario importar conceptos?

II.I Importar conceptos

Los siguientes artículos del dosier (“¿Puede hablar el subalterno?” de Spivak y “Las mujeres del «tercer mundo» y el pensamiento feminista occidental” de Morton), se escogieron para preguntar si los conceptos desarrollados en Europa o en Estados Unidos, al aplicarse en otras regiones con diferentes contextos, tienen la misma fuerza explicativa con respecto del medio en el que se generaron. El primer texto, “¿Puede hablar el subalterno?” de Gayatri Spivak, cuestiona qué tan partícipe es la voz del subalterno (el otro-excluido) del discurso hegemónico y discute sobre el papel del intelectual dentro de la conformación de ese saber predominante. En ese sentido, ella expresa que en la aseveración del intelectual sobre una situación que “de hecho” es como la él la describe, cierra la epistéme alrededor de su experiencia concreta. Por su parte, “Las mujeres del «tercer mundo» y el pensamiento feminista occidental”, puntualiza sobre cómo Spivak marcó algunos "puntos ciegos" de la teoría feminista occidental. Porque, según Morton, al Spivak proponer el esencialismo estratégico se está poniendo en duda la efectividad de las categorías esencialistas de identidad humana para explicar todas la situaciones que acontecen en todo el globo.

Spivak: “¿Puede hablar el subalterno?”

Foucault articula otro corolario de la negación del rol de la ideología en la reproducción de las relaciones sociales de pro- ducción: una valoración incuestionable del oprimido como su- jeto, el “ser objeto”, como Deleuze subraya admirablemente, “establecer condiciones donde los prisioneros serían capaces de hablar por sí mismos”. Foucault añade que “las masas saben perfectamente bien, claramente” –una vez más la temática del ser desengañado– “saben mejor que [el intelectual] y ciertamente lo dicen muy bien” (FD: 206, 207).

¿Qué le sucede a la crítica del sujeto soberano en estos pro- nunciamientos? Llegamos a los límites de este realismo repre- sentacionalista con Deleuze: “La realidad es lo que de verdad sucede en una fábrica, en una escuela, en las barracas, en una prisión, en una estación de policía” (FD: 212). Esta exclusión de la necesidad de la difícil tarea de hacer producción ideológica contrahegemónica no ha sido saludable. Ha ayudado al empirismo positivista –el principio justificante del neocolonialismo capitalista avanzado– a definir su propia arena como “experiencia concreta”, “lo que ocurre realmente”. Por supuesto, la expe- riencia concreta que es la garante de la apelación política de prisioneros, soldados y escolares es revelada por medio de la experiencia concreta del intelectual, que diagnostica la episteme. Ni Deleuze ni Foucault parecen conscien- tes de que el intelectual dentro del capital socializado, esgrimiendo la experiencia concreta, pueda ayudar a consolidar la división internacional del trabajo. @note

Morton: “Las mujeres del «tercer mundo» y el pensamiento feminista occidental”

Contra este sistema binario de pensamiento, Spivak propone una estrategia crítica, que remeda la representación negativa de los grupos minoritarios tales como las mujeres, los subalternos o las clases trabajadoras. Spivak se refiere a esta estrategia crítica como esencialismo estratégico.

Esencialismo estratégico

La idea del esencialismo estratégico acepta que las categorías esencialistas de identidad humana deben ser criticadas, pero enfatiza que no se puede evitar usar tales categorías en ocasiones a fin de dar sentido al mundo social y político. En sus primeras contribuciones a la teoría feminista y postcolonial durante los 80, Spivak propuso un «uso estratégico>>. […] El esencialismo estratégico por lo tanto es más efectivo como una estrategia específica para un contexto, pero no puede proveer una solución política a largo plazo para acabar con la opresión y la explotación. […] Sin embargo Spivak ha cambiado el foco del debate esencialista, de una preocupación con la diferencia sexual entre hombres y mujeres a enfocar las diferencias culturales entre mujeres del «tercer mundo» y del «primer mundo». @note

II.II Sostener análisis de conceptos importados

El cuarto documento del dosier, Existe el amor maternal de Badinter, recuenta cómo históricamente se ha entendido la maternidad en Europa y en Estados Unidos y concluye que maternidad nunca ha sido un concepto universal ni estático. En este recuento de la maternidad a través de la Historia, se aclara que su noción actual comenzó a desarrollarse en 1780 y que ha sufrido modificaciones enormes qué se entiende por amor maternal. Por ello, el fragmento de este material que fue seleccionado para este dosier, es empleado como una exhortación a continuar generando nociones sobre la maternidad propias para los múltiples contextos. Pues, en él se aprecia a la autora rectificando que la maternidad nunca se ha vivido de la misma manera ni se ha tenido una misa noción compartida por diferentes poblaciones.

Badinter: Existe el amor maternal 

Al recorrer la historia de las actitudes maternales, nace la con- vicción de que el instinto maternal es un mito. No hemos encontra- do ninguna conducta universal y necesaria de la madre. Por el contrario, hemos comprobado el carácter sumamente variable de sus sentimientos, de acuerdo con su cultura, sus ambiciones, sus frustraciones. Cómo no llegar a partir de allí a la conclusión de que el amor maternal es sólo un sentimiento, y como tal esencialmente contingente, aunque sea una conclusión cruel. Este sentimiento puede existir o no existir; puede darse y desaparecer. Poner en evidencia su fuerza o su fragilidad. Privilegiar a un hijo o darse a todos Todo depende de la madre, de su historia y de la Historia. No, no existe ninguna ley universal en este terreno que escapa al determinismo natural. El amor maternal no puede darse por su- puesto. Es un amor «no incluido». @note

III. Un ejemplo de una noción de la maternidad como no-obstáculo

Por último, Sobre cultura femenina de Rosario Castellanos cuestiona la existencia de una cultura propia de las mujeres (una cultura femenina) contrapuesta a lo que se considera cultura masculina. Es decir, todo conocimiento derivado de la creación masculina. En su texto, Castellanos concluye que, en efecto, no hay cultura femenina porque, históricamente, a las mujeres se les ha excluido de la creación cultural. Por lo que ellas han tenido que desarrollar algo propio y equiparable a la creación cultural-masculina: la maternidad. Sin embargo, para este dosier, Castellanos es retomada porque ella ya está constituyendo una noción de maternidad alejada de la que propone Beauvoir. Según ella, los hijos no son un impedimento para la mujer, sino, son lo más propio de su espíritu con respecto de la perpetuación de su ser.

Castellanos: Sobre cultura femenina 2. La no intervención de la mujer en los procesos culturales puede interpretarse como una indiferencia hacia los valores, pero esta indiferencia tiene su origen, según nuestra opinión, no en una incapacidad específica femenina para apreciarlos (lo que tornaría inexplicable la conducta, aunque no sea más que excepcional y escasamente relevante, de algunas mujeres que sí han intervenido en los procesos culturales, que no han sido indiferentes para los valores), sino en una falta de interés hacia ellos, emanada no de la inexistencia de una necesidad (la de eternizarse) sino de la posibilidad de satisfacer en otra forma dicha necesidad.

  1. La mujer satisface su necesidad de eternizarse por medio de la maternidad y perpetúa, a través de ella, la vida en el cuerpo, el cuerpo sobre la tierra.

  1. La maternidad es un instinto capaz de transformarse en un sentimiento consciente y, cuando por motivos físicos, psicológicos o sociales no es correctamente ejercitado, provoca en el sujeto una tentativa de compensación en otro terreno que es, por imitación y por falta de otras alternativas y la carencia de una perspectiva mejor, el de la cultura. @note

Samantha Lorena Camacho Jardón

Bibliografía

Badinter, Elisabeth. 1981. ¿Existe el amor maternal? Historia del amor maternal. Siglos XVII al XX, Barcelona: Paidós/Pomaire.

Giallorenzi, María Laura. 2018. “La maternidad como proyecto individual y autónomo. El caso de las madres solas por elección”, Journal de Ciencias Sociales, Año 6, No. 11.

Morton, Stephen. 2010. “Las mujeres del «tercer mundo» y el pensamiento occidental”, La manzana de la discordia, Vol. 5, No. 1, enero-junio.

Spivak, Gayatri Chakravorty. 2003.“¿Puede hablar el subalterno?” Revista Colombiana de Antropología, Vol. 39, enero-diciembre.

Zerilli, Linda M.G. 1992. “A Process without a Subject: Simone de Beauvoir and Julia Kristeva on Maternity”, Sings, Vol. 18, No. 1, otoño.